Menu

sábado, 18 de agosto de 2007

Hay que ayudar a Perú

Justo es reconocer, sin que sirva de precedente, que la Junta de Andalucía y el gobierno de España, esta vez lo han hecho bien, han sido los primero en acudir para ayudar al pueblo peruano, al que el terremoto ha machado con tremenda crueldad. En estos casos sí apoyaré las ayudas sean a donde sean, por fin hemos ayudado a quien lo necesita sin apoyar al individuo que nos expulsa de Bolivia, Evo Morales, ni al dictador Fidel Castro, ni al corrupto y dictador Hugo Chavez, vendiéndole armas y dándole ayudas sabe Dios para qué fines. Esta vez sí, el pueblo peruano necesita de nuestra ayuda y todos, en mayor o menor medida debemos ayudar. Claro que me parece escandaloso, vergonzoso y todos los "osos" que se os ocurran que el Sr. Papa, asomado a su terraza de su residencia de verano, nos pida al resto del mundo que ayudemos, cuando con la venta de ese "chalecito" que usa solo para el verano, podría solucionar muchos problemas en el Tercer Mundo. Pero claro, los bienes de la Santa Madre Iglesia son intocables.

Más sobre el maltrato

En Tortosa (Tarragona) no encontramos un caso más de polémica judicial. El Juez, incomprensiblemente, ordena a la mujer maltratada que recoja a sus hijos de casa del marido, sobre el que pesa una orden de alejamiento de 500 metros. Según la ley, mientras esa orden está en vigor, el marido y la mujer están quebrantando una sentencia judicial. Así que ¿en qué quedamos?, primero dictamos la orden de alejamiento y después incitamos a que el acusado quebrante la condena. Con este tipo de hechos le hacemos un flaco favor a la justicia y, sobre todo, a las mujeres maltratadas.

un poco de curiosidad

Más chulo que un ocho

La expresión viene del tiempo en que en Madrid todavía había tranvía y era el numero ocho el que llevaba a los chulapos y chulapas a la verbena.

Salvarse por los pelos
Antiguamente mucho marineros no sabían nadar. Era costumbre que se dejaran el pelo largo para que si caían al mar los agarraran por los pelos para salvarlos


Hay que hacer más con el maltrato

El número de mujeres asesinadas en España por sus maridos, ex cónyuges o compañeros sentimentales, de Enero a Octubre del 2005, fue de 52 (los funcionarios del gobierno mostraron su “optimismo” diciendo que había bajado un 13.3% respecto a igual período de 2004¡!)

Según los datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en el primer semestre del año se solicitaron 20.271 órdenes de protección, de las que los jueces acordaron conceder 15.330, el 76% del total.

La orden de protección permite a los jueces de guardia acordar, en función de la gravedad de los hechos, medidas cautelares de carácter penal, que van desde la prisión provisional, la prohibición de aproximación, de residencia

o de comunicación a la retirada de armas.

A pesar de la llamada "liberación femenina", todavía hay hombres que consideran a esposa e hijos como objetos de su propiedad. Por eso se creen con el derecho a descargar sobre ellos su frustración o malhumor maltratándolos a su antojo. Como los hijos imitan a padres, se da con frecuencia que quienes en la niñez fueron testigos de abusos físicos entre sus padres, repiten la misma conducta cuando llegan al estado adulto. Aprendieron que los problemas y conflictos se afrontan con la fuerza bruta. Ese aprendizaje negativo se arraiga tanto que muchas veces pasa de generación en generación.

Si a esto se añade la "glorificación" de la violencia en los medios de comunicación, podemos entender el por qué muchos seres humanos recurren a la violencia, a veces con una frialdad que asusta más que el mismo acto violento. Hay muchos recursos a su disposición.

La experiencia enseña que muchos de los abusadores familiares parecen "mosquitas muertas"; pasan por personas educadas y suaves, pero en el fondo son individuos celosos con una pobre imagen de sí mismos y que viven en un mundo irreal. Si a esas personas les da por tomarse unos tragos de más, cosa

frecuente, la explosión violenta será mucho mayor.
Es evidente que las ordenes de alejamiento sirven para poco, ¿ cómo le vas a prohibir acercarse a "su"mujer a un individuo de esa calaña?. Se necesitan medidas más drásticas, y ayuda para las victimas, para que puedan empezar una nueva vida.